Las neuronas transmiten información de dos maneras: eléctricamente, en forma de potenciales de acción dentro de la célula, y químicamente, en forma de neurotransmisores entre células.
Los neurotransmisores varían en su estructura química e incluyen clases de moléculas como aminoácidos (p. ej., GABA), aminas (p. ej., dopamina), gases (p. ej., óxido nítrico), péptidos (p. ej., oxitocina), purinas (p. ej., ATP) y muchos otros.
En muchos casos, los neurotransmisores se sintetizan a partir de aminoácidos en reacciones en las que intervienen varias vitaminas B.
Ciertos neurotransmisores requieren nutrientes adicionales para su síntesis, como la vitamina C, el zinc y la colina.
Una vez que estos neurotransmisores se sintetizan, pueden liberarse en la sinapsis para unirse a otras neuronas.
Es probable que los nutrientes también afecten la unión de los neurotransmisores.
En el metabolismo energético, se requieren niveles adecuados de aminoácidos y micronutrientes para la síntesis correcta de neurotransmisores, y las deficiencias pueden provocar problemas de salud.
Además, las drogas psicoactivas ejercen sus efectos alterando la liberación de neurotransmisores o uniéndose a receptores destinados a otras moléculas.
La Cafeína, por ejemplo, actúa en parte uniéndose al receptor de Adenosina, lo que evita que la propia adenosina se una.
La Adenosina es una de las moléculas responsables de producir la sensación de cansancio, por lo que cuando la cafeína inhibe su unión al receptor de Adenosina, nos sentimos más alerta.
El problema es que la Cafeína por si sola tiene muy buenas características pero tiene un bajón. Es cuando lo unes con L-teanina cuando su efecto es igual de potente pero no percibimos el bajón posterior.
Eso le sucede a PANDORA™. Tiene energía de subida pero no de bajada potenciando así el Metabolismo Energético.