Vitamina E
El antioxidante esencial para nuestro organismo
Para proteger nuestras células del estrés oxidativo, la vitamina E es uno de los componentes de mayor efectividad
Se define como antioxidante un compuesto que es capaz de neutralizar la acción de los radicales libres, unas moléculas inestables capaces de dañar las células, provocar su envejecimiento prematuro y degeneración de los tejidos.
Los radicales libres se forman diariamente dentro de nuestro organismo fruto del mismo metabolismo celular. También la exposición a factores ambientales externos como la radiación solar, la contaminación, así como el estrés, la falta de sueño o los hábitos tóxicos, potencian la formación de radicales libres.
Todo y que el cuerpo está preparado para luchar contra ellos, la presencia excesiva de radicales libres puede desbordar nuestra capacidad para neutralizarlos.
Uno de los antioxidantes más potentes de la naturaleza es la vitamina E, una vitamina liposoluble que ejerce este papel protector frente al estrés oxidativo.
La vitamina E actúa sobre todo protegiendo los ácidos grasos, que son altamente sensibles a la oxidación.
La vitamina E, además, es capaz de recuperar otros compuestos también con función antioxidante, como son las vitaminas A y C y el selenio.
Como todo nutriente esencial, el papel de la vitamina E es uno de los muchos que ejerce este componente.
Por citar unos cuantos, destacamos que la vitamina E estimula el sistema inmunitario, ayuda a una mejor cicatrización de las heridas ya que favorece la formación de colágeno y fibras elásticas, es antiinflamatoria, tiene un papel como neuroprotector y favorece la circulación sanguínea, por un lado porque favorece la vasodilatación y por otro porque participa en la formación de glóbulos rojos y en la coagulación.
La vitamina E es también importante para la salud de nuestra piel y cabello y como compuesto antienvejecimiento. Es por eso por lo que es habitual encontrarla como un ingrediente destacado en productos cosméticos.
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